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Samper de Calanda

Los trenes vuelven a circular

La compañía ferroviaria asegura que todavía no hay fecha para la recuperación de la línea de Caspe, pero los trenes empezarán a circular por el tramo afectado el mes que viene. Seis convoyes de pasajeros dejarán de hacer trasbordos y 50 mercancías evitarán desvíos.

Las máquinas contratadas por Renfe para acondicionar el tramo de vía afectado por el corrimiento de tierras de Quinto trabajan contra el reloj para que la línea Zaragoza-Caspe-Barcelona deje de estar cortada el próximo 1 de febrero. Un portavoz de la compañía ferroviaria aseguró ayer que todavía no se ha fijado la fecha para la reapertura. No obstante, todo indica que a lo largo del mes que viene los trenes volverán a circular por la zona afectada, aunque siempre condicionados por los trabajos que lleve a cabo el Gobierno de Aragón para reconstruir el paso elevado que tuvo que ser demolido.

El deslizamiento, provocado fundamentalmente por la erosión del Ebro en la base de un talud, se produjo a comienzos de noviembre. Además del ferrocarril y el paso elevado sobre las vías, el hundimiento cortó la carretera autonómica A-221 y obligó a cerrar uno de los carriles de acceso al puente de Gelsa, situado unos 100 metros aguas abajo.

Los técnicos de la DGA calcularon desde un principio que el tráfico de vehículos estaría interrumpido medio año. Sin embargo, Renfe ha tratado de acortar ese plazo por todos los medios ante la posibilidad de que cualquier imprevisto en la línea Zaragoza-Lérida-Barcelona corte el único corredor por el que pueden circular ahora mismo los trenes de mercancías que circulan entre Aragón y Cataluña.

Tanto la línea de Caspe como la que pasa por Tardienta y Monzón son de vía única. Cuando se produjo el corrimiento de Quinto, el 90 por ciento de los aproximadamente 50 convoyes de carga que transitaban diariamente por esa zona tuvieron que desviarse por el corredor leridano.

Además, el hundimiento afecta cada día a seis trenes de pasajeros. Desde el pasado 16 de noviembre, las personas que viajan en ambos sentidos tienen que hacer trasbordos en autobús entre la estación de Quinto y la de La Puebla de Híjar, con los retrasos que esto supone.

Finalmente, las características del arreglo -más sencillo que el de la carretera- y la rapidez con la que se están llevando a cabo las obras -se trabaja incluso en los días festivos- permitirán reabrir la vía apenas cuatro meses después del hundimiento. Ahora mismo, los operarios y las máquinas de Coalvi, la empresa contratada por Renfe para ejecutar las obras, están acabando las labores de cimentación del terreno.

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